Matteo Pelusic

Matteo Pelusi, manteniendo siempre en el centro el valor y la importancia de la dignidad de la vida avanzamos

Matteo Pelusi, manteniendo siempre en el centro el valor y la importancia de la dignidad de la vida avanzamos

En primer lugar, permítanme presentarme, me llamo Matteo Pelusi (promoción de 1998) y soy originario de un pequeño pueblo con vistas al lago Varano, en el promontorio del Gargano, en Apulia, precisamente Cagnano Varano, en la provincia de Foggia.

… Después de las celebraciones del 9 de julio de 2024 para mi licenciatura en teología y del 17 de julio de 2024 para mi licenciatura en biotecnología médica, ¿qué debo elegir para mis estudios de especialización? ¿Qué máster cursar? ¿Qué nuevo camino seguir? Así que decidí ir a hablar con el profesor que me había dirigido la tesis de bioética en Rímini para saber si había algún máster, curso o algo parecido relacionado con la bioética. Mi profesor empezó: «Efectivamente, existe la facultad de Bioética en Roma, en el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum, allí es donde yo estudié, la modalidad de semanas intensivas también te permitiría seguir trabajando si no quieres trasladarte definitivamente a Roma.

No tuve que pensármelo demasiado, miré detenidamente el plan de estudios, los requisitos para acceder a él y también los requisitos para solicitar una posible beca para ‘aligerar’ los costes. A finales del verano de 2024, ya estaba de camino a Roma para hacer oficial mi matrícula en la Facultad de Bioética y conocer la universidad y también aprender a moverme por la Ciudad Eterna.

Las primeras semanas intensivas fueron emocionantes y estoy segura de que las siguientes también lo serán. Encontré un ambiente lleno de gente con diferentes orígenes, edades, educación, profesiones y motivaciones. Las clases de los profesores son claras y basadas en la oficialidad científica, jurídica y teológico-filosófica, la formación ofrecida es completa y permite un diálogo y un ambiente de estudio serio y responsable, todo ello en un ambiente de humanidad y respeto mutuo entre alumnos y profesores para ofrecer una formación total y completa en todos los aspectos. El estudio riguroso es ciertamente exigente, pero el cansancio es señal de que se está trabajando bien.

Es por ello que acepté gustoso la solicitud de dejar mi testimonio, ante todo para agradecer a quienes han apoyado a la Universidad a lo largo de los años, y además, por haber sido beneficiario de una beca, se agradece también esta oportunidad, que no debe darse por sentada.

Creo que es igual de importante dar a conocer esta realidad académica, que merece ser potenciada a nivel nacional e internacional para fomentar entornos de diálogo y estudio que permitan abordar los problemas y cuestiones que van surgiendo con el paso de los años, teniendo siempre en el centro el bienestar de la persona y el valor de la dignidad de la vida humana, que debe ser siempre defendida y protegida, especialmente en momentos de enfermedad y fragilidad, que desgraciadamente en la sociedad actual corre el peligro de pasar a un segundo plano, los hechos noticiosos de los últimos años y tiempos son claros respecto a ciertos temas que tienen que ver con la vida y la enfermedad, que luego se ven rodeados de desinformación y la instrumentalización de ciertos temas.

Termino este testimonio y este agradecimiento confiado y agradecido por lo que estoy construyendo en mi vida personal y profesional, esperando algún día poder aprovechar al máximo mis estudios en bioética y la formación que la Universidad me está dando tanto desde el punto de vista humano como académico. Veo la Facultad de Bioética no sólo como una meta para mí, sino también como un nuevo trampolín, y hoy la veo sobre todo como un hilo rojo que mantiene unidas todas las experiencias que he tenido, los encuentros que he hecho, las sonrisas que he dado y recibido, tanto con las personas que siguen aquí como con las que ya no están, pero sin las cuales quizá no habría llegado hasta aquí como hombre, como biotecnólogo médico y como profesor. No sé lo que me depara el futuro, pero confío en que si sigo este «hilo rojo» no me decepcionará ni humana ni académicamente. En este momento, la providencia ha querido que vaya a dar clases a un instituto profesional que prepara y cualifica a chicos y chicas para ser trabajadores sociosanitarios (SSO), y me doy cuenta de lo importante que es también para ellos hablar de estos temas, ofrecerles herramientas y conocimientos para que puedan tratar siempre con la máxima delicadeza a las personas más frágiles: ancianos, niños, discapacitados, enfermos, y sobre todo para que redescubran la importancia de un trabajo que a menudo se subestima o menosprecia.

Siempre les digo a mis alumnos, ‘recuerden que cuando el médico ya no pueda hacer nada contra la enfermedad, con los enfermos, en los momentos más frágiles, más íntimos, más delicados, ustedes estarán ahí, y a los ojos del mundo serán sólo un operador entre muchos, pero para esas personas serán todo, ayuda, compasión, escucha, comprensión, ternura, apoyo’. Siento que puedo terminar este testimonio, agradecida por lo que he hecho y estoy haciendo y por quienes me han dado la oportunidad, dispuesta a seguir adelante con mi trabajo, mis estudios y mi formación continua, generalmente cuando no tengo suplencias en la escuela me siento feliz de seguir aumentando mi experiencia como biotecnóloga médica en laboratorios de análisis e investigación. Siempre manteniendo en el centro el valor y la importancia de la dignidad de la vida, seguimos adelante.

 

Matteo Pelusib

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