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Una Obra de Arte como Obra de Generosidad para el Ateneo Pontificio

La comunidad del Ateneo Pontificio Regina Apostolorum desea agradecer públicamente al Sr. Gilberto Grazioli y a su familia por la donación de un óleo sobre lienzo de finales del siglo XVI – principios del XVII. Esta obra es de un autor anónimo que quiso representar la figura de Cristo bendiciendo.

El anonimato del autor nos permite concentrarnos por completo en la figura que el pintor quiso dejar plasmada sobre el lienzo. Esta figura de Cristo bendiciendo, que con su mano izquierda sostiene al mundo mientras nos bendice con la derecha, nos permite pensar en Cristo Jesús, Rey del universo, en su realeza que se ha abierto paso en la historia de la humanidad y en la vida de cada uno de nosotros a través de su sacrificio de amor por la cruz hacia la luz.

Para el Ateneo Pontificio es un honor recibir esta generosa donación de la familia Grazioli y, como muestra de gratitud y de comunión fraterna, hemos querido agradecerles con la celebración del santa Misa, en la capilla del Ateneo, memorial de la Pascua de Cristo y signo de amor hacia cada uno de nosotros; ocasión especial en la que recordamos cómo el Rey del universo transforma el pan y el vino para ofrecérnoslo como «su cuerpo y su sangre». La celebración eucarística fue presidida por el P. Hugh Ryan LC, director espiritual y amigo personal de la familia Grazioli y concelebrada por el P. Thomas Montanaro LC, Vicerrector de Desarrollo Institucional del APRA. Al final de la celebración nos dirigimos al Aula Master, donde esta obra fue colocada y bendecida para su veneración pública. El rito de la bendición fue presidido por el P. Michael Ryan LC, capellán del APRA, quien durante esta celebración nos recordó las palabras de nuestro Señor «Quien me ve a mí ve al Padre”, señalando que, a través de la veneración de esta imagen, y de cualquier otra, debemos siempre elevar la mirada a Cristo que vive y reina por siempre con el Padre y el Espíritu Santo.

Esta pintura ayudara tanto a los profesores como a los estudiantes a recordar que “Un Rey que, con su palabra, con su ejemplo y con su vida inmolada en la Cruz, nos ha salvado de la muerte, e indica —este rey— el camino al hombre perdido, da luz nueva a nuestra existencia marcada por la duda, por el miedo y por la prueba de cada día” (Papa Francisco)

Nuestro deseo es que nuestro Padre del Cielo nos conforme a Cristo su Hijo, y que esta imagen pueda repetir esta oración para las generaciones de estudiantes y profesores venideros.

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