Sueño, Formación y Apostolado: Un testimonio de vida consagrada y liderazgo multicultural (de Guadalupe del Toro)
Toda mi vida he sabido que lo que vivo es para mí un don recibido, que después tendré la oportunidad de compartir. Esto se aplica también delante de la formación recibida de la Universidad Anáhuac y del APRA. He trabajado con adolescentes por 29 años y sin duda no hubiera sido lo mismo sin la proyección que me dio mi formación universitaria. A lo largo de mi vida Consagrada he tenido muchos retos y he recurrido de manera natural a todo lo que estudié, pues lo tengo ya integrado en mi persona y me ha construido desde dentro ayudándome a ser la persona que soy.
He tenido en mi vida el reto de formar personas de diversos países y esto me ha sido posible porque he abierto mis horizontes al estudiar en la Anáhuac y en el APRA, pues al ser universidades tan multiculturales, mi manera de conocer el mundo ha sido muy enriquecida. Así, el estar en países como Italia, Irlanda, España, Colombia, Suiza y mi propio país, México, me ha sido posible gracias al bagaje cultural que me dieron mis estudios.
He conocido e intercambiado experiencias con personas como el primer ministro de Irlanda, la embajadora de México en Dublín, la condesa de Morata de Jalón de Madrid, Ana Botella esposa de Aznar, el entonces presidente de España, Madre Teresa de Calcuta, cantantes conocidos, el cardenal Juan Sandoval de Guadalajara entre otros, dado el liderazgo que se consolidó en mí a lo largo de experiencia académica y proyectos realizados a lo largo de la misma.
Al mismo tiempo esta formación me ha equipado para retos tales como, la dirección de formación del Colegio Pinecrest de Santa Fe, la dirección de la sección del Regnum Christi de jóvenes, adolescentes, niños y adultos de Irlanda, la dirección territorial del ECyD en Colombia y Venezuela, que incluía 5 países: Colombia, Venezuela, Perú, Ecuador y Panamá. Además de la dirección del ECyD de Bogotá y del ECyD de Medellín. Actualmente dirijo la pastoral de la Academia Le Châtelard en Suiza, y en todo esto veo cómo el lanzamiento, proyección y liderazgo de la Anáhuac y del APRA ha sido clave en mi carrera profesional, dadas las herramientas recibidas.
Mi vida consagrada se despliega con toda fuerza en mi apostolado gracias la formación recibida en estas universidades que me han dado un plus para entregar a Dios la mejor versión de mí misma, para su gloria y la extensión de su Reino.